Informe Anual
2015 - 2016

Conservación de los recursos fitogenéticos para hacer el suministro alimentario a “prueba del futuro”

La humanidad ha llegado al punto de depender tan solo de un puñado de cultivos de primera necesidad para su supervivencia, como lo son el trigo, maíz, papa y, más recientemente, soya, girasol y palma de aceite (ver estudio de 2014).

Además de los riesgos para la salud asociados con las dietas excesivamente uniformes, los sistemas alimentarios que dependen tan solo de unos pocos cultivos son especialmente vulnerables a importantes amenazas como sequías, plagas de insectos y enfermedades, que muy probablemente empeorarán con el cambio climático.

Sin embargo, estos pocos cultivos que el mundo consume en la actualidad provienen de una enorme diversidad de plantas y variedades de cultivos silvestres que han evolucionado durante miles de años y que han experimentado cruces genéticos propiciados por la misma naturaleza, agricultores y científicos.

La diversidad de cultivos es un reservorio invaluable que nos puede ayudar a:

  • Adaptarnos al cambio climático
  • Mejorar la seguridad alimentaria y nutricional, y la salud
  • Reducir el deterioro ambiental
  • Resistir amenazas de plagas y enfermedades

Conservar y compartir esta diversidad es una de las bases fundamentales de la sostenibilidad alimentaria futura

Lo mío es suyo

Siguiendo el trabajo pionero del CIAT sobre la globalización de las dietas, en 2015 el mismo equipo de científicos volcó su atención al origen de las plantas que consumimos.

Su propósito era descubrir hasta qué punto diferentes regiones del mundo dependen de otras en un sentido muy específico.

Generalmente, cuando pensamos en interdependencia en términos de los alimentos, pensamos en comercio; pensamos en autosuficiencia o dependencia en términos muy cerrados. No obstante, existe otra dimensión que nos conecta mucho más a fondo, la interdependencia en términos de recursos fitogenéticos.

Colin Khoury

El argumento es el siguiente: la yuca se originó en Suramérica, por tanto África – donde se produce y consume tanta cantidad de yuca – necesita de Suramérica. ¿Por qué? Porque Suramérica posee una gama mucho mayor de diversidad de yuca que África. Esto incluye plantas que podrían ser parientes lejanos de la yuca que sobreviven en estado silvestre, o las muchas variedades conservadas en bancos de germoplasma o en los campos de los agricultores que sencillamente nunca llegaron a África. Si brota una enfermedad en los campos de yuca de África, las variedades de Suramérica podrían tener los rasgos que los fitomejoradores pueden usar para lograr que la yuca de África sea más resiliente.

Por otro lado, Suramérica también necesita del sur y sureste asiático, de donde proviene la caña de azúcar; el sureste asiático necesita de África occidental y central para la palma de aceite y así sucesivamente. Ahora, con la aparición en escena del cambio climático, las temperaturas en aumento podrían significar que Norteamérica necesite rastrear variedades de arroz tolerantes al calor provenientes de Asia; Asia oriental necesitará de Suramérica para tener variedades de maní más resilientes, y si algo le sucede al café, el mundo entero va a tener que recurrir a África.

El equipo descubrió que, en promedio, de todas las plantas que proporcionan calorías, grasa y proteína en nuestras dietas, más del 65% se originan más allá de las fronteras nacionales dentro de las cuales se consumen. En breves palabras, todos dependemos de las plantas de unos y otros.

Pero hay un truco. Muchas de esas plantas no están siendo conservadas, mientras que otras sí lo están, pero no son compartidas. La clave para la yuca resistente a plagas o para el fríjol tolerante a la sequía podría estar allá afuera en los parientes silvestres de las plantas, aún sin colectar. O las plantas podrían estar tras las puertas de algún banco de germoplasma en alguna parte sin que nadie las pueda usar. Para científicos como Colin, eso significa que somos vulnerables: nuestro suministro de alimentos tiene una malla de seguridad genética que es una mera fracción de toda la diversidad que se encuentra allá afuera. Son demasiado pocos huevos en canastas insuficientes. Esto condujo el equipo a dos conclusiones sencillas pero trascendentales.

genebank-vietnam-gsmithPrimero, debemos conservar todas las plantas parientes de nuestro suministro de alimentos. Eso quiere decir obtener tantas muestras diferentes como sea posible de cultivos domesticados – más sus hermanos silvestres y de tipo maleza – y ponerlas en los bancos de germoplasma del mundo a la mayor brevedad. Las ciudades están creciendo; los árboles están siendo talados; los hábitats están siendo convertidos en parqueaderos. El día de mañana, algunas de esas plantas podrían perderse para siempre; muchas ya han desaparecido.

Segundo, esas colecciones deberían compartirse con quien las necesite.

“La diversidad genética de los cultivos debe ser considerada un bien público”, asevera Colin. “Eso significa que no pertenezca a nadie, sino que todos puedan beneficiarse de este bien público”.

Asimismo, debería también implementarse un sistema transparente, gratuito y abierto para compartir estas colecciones, de modo que las plantas puedan ser usadas más fácilmente en programas de fitomejoramiento en todo el planeta, para reforzar las variedades populares. El banco de germoplasma del CIAT ya es parte de este sistema, al conservar colecciones de yuca, fríjol y forrajes tropicales, con un mandato global para tenerlos a disposición de forma gratuita.

Bancos de germoplasma: Un tesoro de diversidad de cultivos

Pocas personas han escuchado de los bancos de germoplasma vegetal o son conscientes de la función que cumplen en la agricultura y la producción de alimentos.

Los bancos de germoplasma son lugares en donde se colecta, almacena, cataloga y se pone a disposición material biológico para redistribución. Los bancos de germoplasma no son simplemente repositorios de biodiversidad. Ellos brindan ayuda directa a los agricultores y los programas nacionales de fitomejoramiento.

CGIAR tiene una alianza con el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos a fin de conservar la diversidad de los recursos fitogenéticos en colecciones mantenidas por 11 miembros de CGIAR, incluido el CIAT, y para poner esta diversidad a disposición de fitomejoradores dentro del marco del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura.

Para una – y tan solo una – de las 169 metas dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el año 2030 no está lo suficientemente cerca.

Según la meta 2.5, hacia 2020 debemos:

Mantener la diversidad genética de semillas, plantas cultivadas y animales de cría y domesticados y sus parientes silvestres, en bancos de semillas y plantas diversificados y bien manejados a nivel nacional, regional e internacional, y promover el acceso a la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos y los saberes tradicionales asociados, como se acordó internacionalmente.

El banco de germoplasma del CIAT hoy

El banco de germoplasma del CIAT mantiene en fideicomiso un total de 67.700 muestras de cultivos clave que alimentan a millones de personas en todo el mundo.

Muestras de yuca

500 millones de personas en África y América Latina y el Caribe dependen de este cultivo de raíces para su alimentación.

Muestras de fríjol

Una fuente esencial de vitaminas y proteína, así como ingresos para millones de personas, en especial en África y América Latina.

Muestras de forrajes

Una fuente valiosa de alimento para la ganadería, que ayuda a los agricultores a mejorar la producción de carne y leche, reduciendo a su vez la huella ecológica de la agricultura.

En 2015…

  • Gracias al generoso apoyo económico del Gobierno de Alemania, el CIAT estableció nuevos invernaderos y cámaras de crecimiento que permiten la distribución de semillas a nivel global y una mejor comprensión de la diversidad que se mantiene en fideicomiso.
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El futuro del banco de germoplasma del CIAT: Semillas del futuro

Un hogar para la diversidad mundial de cultivos

El CIAT ha emprendido además una ambiciosa iniciativa llamada “Semillas del Futuro” para modernizar su banco de germoplasma para mejorar el almacenamiento y distribución de colecciones de cultivos clave mantenidas en fideicomiso para la humanidad: fríjol, yuca y forrajes tropicales.

Más allá de este objetivo, las instalaciones modernas y ambientalmente sostenibles también generarán y pondrán a disposición una vasta cantidad de información invaluable que puede ayudar a liberar el poder secreto de las semillas. Adicionalmente, servirá como semillero para capacitación y extensión innovadora.

Invirtiendo hoy en el sistema global, podemos tener suficientes alimentos el día de mañana

El CIAT continúa buscando el apoyo de gobiernos, fundaciones, el sector privado e individuos para establecer un banco de germoplasma global y eje de conocimientos para la agrobiodiversidad.

Un hogar para la diversidad mundial de cultivos

Para salvaguardar de una mejor manera colecciones de cultivos clave

Para compartir más diversidad de cultivos con el mundo

Para fortalecer las capacidades de otras organizaciones y educar al público acerca de la importancia de la diversidad de cultivos

Para un futuro sin hambre

Cali, Colombia

Iniciativa de US$25 millones

Diseño ambientalmente sostenible

La iniciativa Semillas del Futuro ha logrado avanzar gracias al generoso apoyo económico de:

Únete a nosotros

Con la rápida disminución de la diversidad de cultivos, es imperativa la necesidad de colectar, preservar, estudiar y compartir estos importantes recursos si hemos de lograr un futuro sin hambre. Únete a nosotros para establecer un nuevo hogar para la biodiversidad.

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